miércoles, 6 de abril de 2011

ARDE AMÉRICA

El temor de caer bajo la dominación francesa impulso a los nobles quiteños a formar la Junta Suprema de Gobierno, con exclusión de las actuales en ese entonces autoridades españolas tal vez afrancesadas. En el fondo creaban una Junta similar a las creadas en España, pero en cuanto a la  forma de creación difirió notablemente.
Quito, como las demás capitales de las reales Audiencias, no demoraron saber de los hechos acaecidos en España, el Comisionado regio enviado por la Junta central Gubernativa de Sevilla,  Goyeneche, informó los pormenores de la invasión francesa a la península, las abdicaciones  de Bayona y la imposición del rey José I  como monarca de España.
Sabedores de estas noticias  y en especial de la creación de las  Juntas Provinciales y de la central de Sevilla. Se creyó con el mismo derecho a conformar la suya propia; y, con la intensión de aprovechar los sucesos y coyuntura por la que pasaba la madre patria.
            Alteradas las colonias con los rumores de que el Comisionado regio Goyeneche había a su vez despachado comisionados a Rio de Janeiro (Brasil), con el propósito de proponer la entrega del Virreinato del Rio de la Plata, del que formaban parte las provincias del Alto Perú, a la Princesa del Brasil,  Carlota Joaquina de Borbón, primogénita de Carlos IV, hermana de Fernando VII, hecho que provocó la insurrección de Chuqisaca (Alto Perú) el 25 de Mayo de 1.809, fecha que nos recuerda como el primer grito de independencia de Bolivia.
Esta insurrección prendió fuego también en la Paz que imito lo hecho por Chuquisaca y se alzó con su revolución el 16 de julio  de 1.809, deponiendo a las autoridades españolas y reduciéndolas a prisión, acusadas de tratar de entregar el Virreinato al dominio de Portugal.
Lo curioso y común en estas dos ciudades insurrectas fue el hecho de que invocando el nombre de Fernando VII, formaron su Junta a la que llamaron – Tuitiva- (con potestad de guarda, amparar y defender los derechos del dicho monarca).


La América hispana, ante la posibilidad ya casi cierta de caer bajo la dominación de Bonaparte, también como en España, se reveló, y formó en primer lugar las llamadas  Juntas Supremas de Gobierno; y , en caso de afianzarse el poder francés en la península, luchar por su total independencia.









Esta fiebre de insurrección se extendió por todas las colonias hispanoamericanas, llegó a la Real Audiencia de Quito; el 10 de agosto de 1.809; los quiteños más notables decidieron en nombre de Fernando VII; la religión católica y la Patria; formar una Junta de Gobierno, alegando por su parte que las autoridades españolas trataban de entregar la Audiencia y todas las colonias de América al francés Napoleón que tenía invadida la península, depuesto al Rey de España; y, colocado en su lugar a su hermano José Bonaparte, como soberano de España y  de las Indias.

 Deponen como sucedió ya en Chuquisaca y La Paz, a las autoridades españolas, poniéndolas en prisión, secundando así  los movimientos insurgentes de estas dos ciudades; movimientos que posteriormente son imitados en todo el territorio colonial hispanoamericano.






              

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