“…Pocas vidas humanas producen mayor repulsión que las de aquel traidor integral, sin asomo de responsabilidad y de conciencia, ni humana ni egregia”… expresa así Don Gregorio Marañón, y afirma:
“El nivel moral de Fernando VII pocas veces podrá reproducirse en la estirpe de los jefes de estado, con tal suma de felonía y maldad… no pocas veces -dice Marañón-he citado el escalofrío de ira y de desprecio que siente el español al leer los papeles que se conservan en los archivos de París, escritos por el Deseado de Valencey (Fernando VII).
-Papeles en los cuales felicitaba a Napoleón sus triunfos sobre las tropas españolas, mientras estas sin saber daban su vida por él -.
“El error de dar la vida por ese hombre y, más aún, el considerarle un rey por la gracia de Dios y representante supremo de la patria, es más grave y trágico que todo lo que ocurrió en España; y todavía se piensa, a veces, que estamos purgando ese pecado”
“Fernando VII es el rey más funesto de nuestra historia”.
Este fue el rey contra el cual la Hispanoamérica se enfrentó. Este fue el rey a quién servían y por quien juraron derramar hasta la “última gota de sangre”, muchos de los perjuros y tránsfugas de última hora en la guerra de nuestra independencia americana.
Por otro lado la conducta y forma de ser de Fernando VII, no podía ser diferente a sus enviados y “pacificadores” militares que en holocausto de sangre arrasaron con su crueldad cientos de pueblos cuya población degollaron sin consideración alguna a mujeres niños y ancianos, por el solo hecho de querer ser libres.
Morillo, Monteverde, Morales, Boves, Arredondo, Sámano y muchos más, no pudieron detener el brote de libertad regado con sangre patriota en las naciones liberadas por la espada de los genios de la libertad Bolívar y San Martín.
La Mar fue uno de estos tránsfugas, sirvió a este rey desde 1816 hasta el 19 de septiembre de 1821 (4 años 10 meses) los años más aciagos en que los patriotas lucharon por nuestra independencia.
Rindió la fortaleza del Real San Felipe del Callao, luego de oponer muy poca resistencia.
La Mar- peruano como el que más- como él mismo se calificaba- nacido en la ciudad de Cuenca del Ecuador, fue llevado por sus tíos, dejó esta ciudad a los 16 años de edad, para no volver nunca a ella, partió a España a ponerse al servicio del citado rey.
Pasose al bando patriota viendo que la causa de España en América estaba perdida, rindió la fortaleza del Real San Felipe del Callao a San Martín.
José Domingo de las Mercedes La Mar y Cortázar, fue realista hasta fines de 1821. No cabe la menor duda que fue uno de aquellos que al igual que muchos realistas, viendo todo perdido se pasaron al bando de los patriotas; sin embargo gracias a la generosidad de los Padres de la Patria llegaron a ocupar puestos importantes especialmente en el ejército patriota y la administración pública; pero en su profundo ser nunca dejaron de amar al rey felón y su política absolutista.
La Mar dejó el Perú, derrocado de la presidencia, luego del desastre bélico en Tarquí, donde fue vencido por el ejército colombiano al mando del Gran Mariscal de Ayacucho (Sucre); no pudo jamás volver a la tierra que le vio nacer y a la que con tanta ingratitud invadió al mando del ejército peruano; murió exilado en Costa Rica, completamente solo, acompañado en su funeral únicamente por sus esclavos negros y el chivo blanco que trajo del Perú como su mascota.FDA.
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