viernes, 3 de junio de 2011

SUCRE -Homenaje en el aniversario de su muy sentida muerte.





Consta para la historia que el criminal asesinato del gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre  se llevó a cabo en el sitio llamado -La Jacoba - un paso apto para la emboscada,ubicado en las selva de Berruecos.

El 4 de junio de 1830, por orden del general José María Obando, a través de sus secuaces y ejecutores del crimen:Apolinar Morillo, José Erazo, Juan Gregorio Sarria, Andrés Rodriguez, Juan Gregorio Rodriguez y Juan Cuzco...  "Sucre no pasara de aquí" había escrito jactancioso Obando.

Días antes el Coronel José del Carmen López, había ofrecido a Sucre una escolta de 25 soldados, que prepararla había de tomar varios días, en tanto Sucre deseoso de llegar lo más pronto a Quito, y a su hogar, partió sin ella.

El 2 de junio (1830) en la Posada del Salto de Mayo, paso obligado  del viaje  Sucre encontró a Erazo  dueño de la indicada Posada, al comandante Apolinar Morillo, venezolano y Juan Gregorio Sarria Granadino, con Andrés Rodriguez y Juan Cuzco soldados veteranos del Perú,  y a Juan Gregorio Rodriguez, indio de Alpujarra.  Su presencia suscito el sentido recelo de Sucre, hecho aunque grave no hizo que tomara medidas de seguridad.

El 3 de junio, en así mismo la obligada posada de la venta Quemada, volvió Sucre a encontrar a Erazo y Sarria, que se le habían adelantado en el viaje; recrudeció la sospecha de Sucre que dispuso a los suyos tener aprestadas las armas.(Sucre viajaba con dos asistentes).

El día 4 , los viajeros continuaron la marcha partiendo a eso de las siete de la mañana y como a una hora de haber andado, al llegar al recodo de La Jacoba, se escucho un silbido y un grito que decía:             "¡General Sucre!", a lo que el Mariscal detuvo su mula para mirar al sitio de donde provino el grito; en eso se oyó un tiro de fusil y en seguida tres detonaciones" Sucre fue alcanzado por aquellos balazos " dos en el pecho y el uno de la oreja a la cara", cayendo  al suelo muerto.

Su mula asustada corrió adelante, abandonando a su dueño.

Los que le acompañaban asustados por los tiros corrieron adelante; pero al ver a la mula  del Mariscal que vacía se les adelantaba , detuvieron su marcha;y, Colmenares ordenó a los arrieros que regresen a ver lo ocurrido ; estos volvieron trayendo el sombreros del Gran Mariscal, atravesado por la bala y dieron cuenta de que se hallaba tendido en el suelo y muerto.

Caicedo fue a la venta por auxilio, solo un hombre venciendo el temor se prestó para ello, entre ambos  volvieron donde estaba el cadáver de Sucre.; y en una ruana (poncho) lo llevaron a un claro de la selva y allí junto a un árbol, le dieron cristiana sepultura en una fosa superficial de una vara de profundidad, después de cruzarle las manos sobre el pecho y rezar sus oraciones.

Una tosca cruz de madera, hechas con dos ramas atadas con bejuco, señaló la tumba provisional del hombre ejemplar;el brillante conductor militar que con su constancia,su valor, y su genio había consagrado la libertad de América del Sur, en Ayacucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario