viernes, 17 de junio de 2011

Del sable y la espada.


Del sable y la espada.-






Hemos leído a especialistas en militaría incluir al sable dentro de la categoría general de las espadas.




Para unos el hecho de ser curvo le dan la denominación de sable; o, como otros el hecho de tener un solo filo y la función de ser “tajante”, le caracteriza como un sable; consecuentemente puede o podía dars
e el caso que un sable pueda tener la hoja recta con un solo filo; y, apto también para la estocada.
La Real Academia de la Lengua, define al sable como una arma blanca “semejante a la espada pero algo curva y por lo común de un solo corte”.En la práctica, hemos podido ver que la espada recta era una arma más eficaz que el sable curvo, particularidad que afirman los expertos en combate; porque…”Las puntas matan, lo demás solo sirve para herir”.Un sablazo a veces solo suponía un porrazo o golpe.En el combate en donde se usaba la espada o el sable (según las características de líneas anteriores) servía, según su forma para la “estocada” con su punta ex profeso; o, para el tajo según su hoja afilada.Las espadas utilizadas por los coraceros a caballo, los granaderos a caballo, o aquella especial de dragones a caballo, (fuerza principal de choque en el campo de batalla, lanzadas a definir el mismo) grupo como sabemos élite de la Grande Armeè de Napoleón; formada por los hombres más corpulentos sobre caballos así mismo de gran talla, hombres protegidos por corazas de acero tanto su pecho como su espalda, fueron en su época el puño de hierro de Napoleón.Sus famosas, lentas y aterradoras cargas deliberadas al paso hasta los 150 metros de aproximación del enemigo para no agotar sus caballos y desordenar su formación; y luego a todo galope cargando contra el enemigo, con su espada recta “con el brazo totalmente extendido, recto, con la muñeca girada de modo que el guardamano mirara hacia arriba, de este modo se golpeaba con la punta, aprovechando el impulso, y la mano, codo y hombro quedaban protegido al presentar el mínimo blanco al rival”.El golpe de “estocada” era el más práctico contra el enemigo, en compactas formaciones de los jinetes, contrario al golpe de tajo que requería más espacio dentro de una formación.Las cargas de estocada naturalmente producían heridas más peligrosas que los sablazos tajantes.“La créeme de la créeme de la caballería pesada de cualquier país, los magníficos granaderos a caballo de la Guardia Imperial, imponentes sobre sus enormes caballos negros y morriones de piel, jamás llevaron coraza”.Los diseñadores de las espadas de caballería o sables de caballería, no siempre acertaban en lo práctico que estas deben ser en las manos del jinete y para el campo de batalla; más bien los propios jinetes prácticos y sobrevivientes de los combates, afilaban la espada o sable a su conveniencia, como para hacerla más simétrica y perforante, como a un sable más cortante.Los sables y espadas tenían naturalmente su respectiva vaina, unas de acero y otras de madera forradas de cuero, estas fueron mejores pues evitaban la condensación de humedad y la consecuente herrumbre.“Los sables de los dragones tenían empuñaduras con guardamano de barras, con su vaina de madera y cuero con refuerzos de latón”…“El Capitán británico, Bragge del 3ro de Dragones pesados pudo escribir tras una escaramuza en España en abril de 1812; una experiencia:“A pesar de sufrir tajos espantosos, casi ningún francés murió de sus heridas, mientras que doce dragones ingleses murieron en el acto y otros fueron heridos gravemente por la estocada de punta”…Nosotros dirá un oficial francés (Charles Parquin), de los cazadores a caballo de la Guardia Imperial…nosotros damos estocadas con la punta, mientras que ellos (ingleses-españoles) siempre dan golpes con su hoja…así que de veinte sablazos que daba fallaban diecinueve, sin embargo si daban en el blanco una sola vez, el efecto era terrible, y no era raro ver un brazo limpiamente amputado…” De esto que fue muy importante en un combate saber el uso y estrago que una espada recta punzante y un sable curvo tajante puede causar en el enemigo; como hemos visto un sablazo no era tan eficaz como una estocada que por lo general era mortal o muy grave.Hemos visto en múltiples pinturas militares que los soldados por lo general cargaban una manta enrollada y cruzada sobre el pecho y hombros; más que para cubrirse en algún momento con ella; en esta manta cruzada podía estar la vida del soldado, púes representaba una protección más que suficiente al soldado de infantería frente a los efectos de un sablazo, púes reducía mucho el tajo, limitándole a un porrazo o golpe. De igual forma un buen chacó de cuero (casco diríamos actualmente) amortiguaba el golpe del sable, sobre la cabeza. Conocer la forma del arma blanca de la que estaba provista el enemigo, esto es el sable o espada, resultaba vital; de ello se deducía si el enemigo iba a acometer a sablazos o a estocadas; púes en ello se jugaba la vida.Así mismo el entrenamiento a las tropas especialmente de caballería se les daba de acuerdo a la espada o sable de la que estaban proveídos.Añadamos que la clave de un buen golpe tajante fue un buen asiento o montura, esto es la combinación de montura y jinete bien sentado en ella.Poco se ha tratado y conoce del arma blanca o espada de combate del que estaban proveídas nuestras tropas independentistas, como la de nuestros libertadores.De Bolívar al parecer existe en Venezuela un sable probablemente de su propiedad, es semicurvo prácticamente, de acero negro, con empuñadura al parecer de madera, sin guardamano, apto para dar golpes tajantes. Aparte se ven no pocas en museos y así mismo de presunta propiedad del Libertador Bolívar, una refulgentes espadas de ceñir o diplomáticas, con empuñadura de oro y guarnecida de pedrería fina; estas solo si fueron del Libertador, las usaba en actos solemnes y protocolarios, como en desfiles de triunfo, capitulaciones, bailes de gala; espadas que fueron obsequiadas por los pueblos liberados o grandes personalidades de su época.De Libertador San Martín, también vemos en pinturas, su espada o sable curvo que este grande hombre prefería.Por lo general y por seguridad los altos Jefes como los citados Libertadores, muy rara vez y solo en inminente necesidad se trenzaba en batallas o combates cuerpo a cuerpo con el enemigo (salvo cuando se iniciaron como subalternos). Estos jefes dirigían la batalla desde lugares altos y seguros; desde donde oteaban los acontecimientos, dando las correspondientes órdenes de combate a los sub alternos quienes a su vez las trasmitían a los comandantes respectivos por medio de los cornetas o tambores.La vida de un Jefe era la seguridad de una batalla, muerto este podía ocurrir como en muchos casos el desbande de la tropa o el pánico que llevaba a la derrota; por ello no entraban al combate directo salvo casos extremadamente desesperados.Su espada se alzaba para la orden inicial de ataque.La espada o el sable también era utilizada por los sub oficiales para dar órdenes especiales y concretas a los tambores o cornetas; el sable fue usado según la posición que el oficial adoptaba con su sable, este alzado sobre la frente adelante o tras de su cabeza, etc. Significaba una orden expresa que identificaba el corneta o tambor a las tropas.Una orden mal entendida o mal transmitida por un tambor o corneta podía resultar fatal en un combate.Recordamos la batalla de Barquisimeto, 10 de noviembre de 1813 en la que triunfantes los patriotas dieron inicia a la persecución de las tropas realistas que abandonaban en precipitada huida el campo de batalla; de pronto un tambor de batallón se le ocurre inexplicablemente tocar a retirada, orden que se transmitió luego en cadena, y que al ser escuchado por las tropas patriotas dejan la persecución al enemigo y a su vez vuelven grupas para huir en retirada; a los que los españoles absortos dejan de huir y se convierten en perseguidores de los patriotas a los que diezman venciéndoles en esta batalla. Bolívar no salía de su asombro viendo lo ocurrido en el campo de batalla, y también tuvo que huir del enemigo para reagruparse luego en otro lugar.  
El pánico hizo su efecto.
       Por esta acción inexplicable el Libertador retiró en castigo el nombre del Batallón que causo la derrota patriota; nominándolo simplemente como “Batallón sin nombre” y sin bandera. Al cual le manifestó que deberá ganarse un nombre en una batalla.

No tardo el nuevo enfrentamiento con los realistas y el Batallón sin nombre, reivindico su valor y heroísmo en la batalla de Araure por lo que Bolívar en justo reconocimiento lo denominó con el nombre de Batallón Vencedor de Araure, dándole además la respectiva bandera de la República.

Este Batallón sin nombre había vencido a la invencible de Numancia.  El sable y la espada fue el arma preferida de las tropas independentistas especialmente las montadas, a la que se sumaba la famosas lanza de los lleneros venezolanos; y los famosos gauchos argentinos, que regaron su sangre patriota y realista en los campos de batalla de América, el soldado recluta, la carne de cañón de nuestros si podemos llamarlo ejército libertario, fueron apenas los machetes, la lanza hecha en el mismo pueblo; y a los más las espadas o sables que obtenían en alguna batalla ganada al enemigo, sumada a esta el arrojo el heroísmo y en especial la motivación de ser libres o morir.      FDA.







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